Cómo hacer aceite de lavanda casero

El poder relajante de la lavanda

La lavanda es una planta conocida por sus propiedades relajantes y su aroma agradable. Se utiliza en la aromaterapia para reducir el estrés, la ansiedad y promover la relajación. Una forma popular de disfrutar de los beneficios de la lavanda es a través del aceite esencial de lavanda, que se puede utilizar en aromaterapia, masajes e incluso en la elaboración de productos caseros como cremas y lociones. En este artículo te enseñaremos cómo hacer aceite de lavanda casero de forma sencilla y económica.

Ingredientes necesarios

Para hacer aceite de lavanda casero, necesitarás los siguientes ingredientes:
– 1 taza de flores de lavanda frescas o secas
– 2 tazas de aceite de almendra, oliva o coco
– Frasco de vidrio con tapa hermética

Pasos para hacer aceite de lavanda casero

Paso 1: Preparar las flores de lavanda

Si utilizas flores frescas, asegúrate de lavarlas y secarlas completamente antes de proceder. Si usas flores secas, simplemente asegúrate de que estén limpias y libres de residuos.

Paso 2: Infusión de aceite y lavanda

Coloca las flores de lavanda en un frasco de vidrio limpio y vierte el aceite elegido sobre ellas. Asegúrate de que las flores estén completamente cubiertas de aceite. Tapa el frasco herméticamente.

Paso 3: Maceración

Deja el frasco en un lugar soleado y cálido durante al menos dos semanas para permitir que las flores de lavanda infundan el aceite. Agita el frasco suavemente cada pocos días para distribuir bien la lavanda en el aceite.

Paso 4: Colar el aceite de lavanda

Pasadas las dos semanas, utiliza un colador o una gasa para filtrar el aceite de lavanda y separar las flores. Exprime bien las flores para asegurarte de obtener todo el aceite esencial.

Paso 5: Almacenamiento

Vierte el aceite de lavanda colado en un frasco limpio y seco con tapa hermética. Almacénalo en un lugar fresco y oscuro para prolongar su durabilidad.

Usos del aceite de lavanda casero

El aceite de lavanda casero se puede utilizar de diversas maneras. Aquí te dejamos algunas ideas para sacarle el máximo provecho:
– Aromaterapia: añade unas gotas de aceite de lavanda en un difusor para aromatizar tu hogar y crear un ambiente relajante.
– Masajes: mezcla el aceite de lavanda con un aceite base y utilízalo para dar masajes relajantes.
– Cuidado de la piel: añade unas gotas de aceite de lavanda a tus cremas o lociones para disfrutar de sus propiedades calmantes y regenerativas.
– Tratamiento capilar: mezcla unas gotas de aceite de lavanda con tu champú o acondicionador para estimular el crecimiento del cabello y mantenerlo saludable.

Con estos sencillos pasos, podrás disfrutar de los beneficios del aceite de lavanda casero de forma económica y natural. ¡Anímate a probarlo y disfruta de sus propiedades relajantes en tu día a día!

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