Amoxicilina para perros: para qué sirve y dosis

Amoxicilina para perros: para qué sirve y dosis

¿Qué es la amoxicilina y cómo funciona en los perros?

La amoxicilina es un antibiótico de amplio espectro que pertenece al grupo de las penicilinas. En los perros, se utiliza para tratar infecciones bacterianas como la enfermedad de Lyme, infecciones del tracto respiratorio, infecciones en la piel, infecciones del tracto urinario, otitis y periodontitis, entre otras.

La amoxicilina funciona combatiendo las bacterias mediante la inhibición de la formación de la pared celular, lo que eventualmente lleva a la muerte de las bacterias. Es importante destacar que la amoxicilina solo es efectiva contra infecciones bacterianas y no sirve para tratar infecciones virales.

¿Cuándo se debe administrar amoxicilina a los perros?

La amoxicilina se receta a los perros en casos de infecciones bacterianas diagnosticadas por un veterinario. Es importante precaución al administrar este medicamento, ya que su uso indebido o excesivo puede llevar a la resistencia bacteriana.

Antes de recetar la amoxicilina, el veterinario deberá realizar un examen exhaustivo del perro, incluyendo pruebas de laboratorio si es necesario, para determinar el tipo de infección y la dosis adecuada. Nunca se debe administrar amoxicilina a un perro sin la supervisión y aprobación de un veterinario.

¿Cuál es la dosis adecuada de amoxicilina para perros?

La dosis de amoxicilina para perros varía según el tamaño del animal, la gravedad de la infección y la forma de presentación del medicamento (tabletas, cápsulas o suspensión oral). Por lo tanto, es esencial seguir las indicaciones del veterinario al pie de la letra.

En general, la dosis usual de amoxicilina para perros es de 5 a 10 mg por cada kilogramo de peso corporal, administrada cada 12 horas. Sin embargo, estas dosis pueden variar dependiendo de la severidad de la infección y otros factores. Por lo tanto, es crucial seguir las indicaciones específicas del veterinario.

Cómo administrar amoxicilina a los perros

La amoxicilina puede venir en forma de tabletas, cápsulas o suspensión oral. Las tabletas y cápsulas generalmente se administran por vía oral con la ayuda de un poco de comida para asegurarse de que el perro las ingiera. Para la suspensión oral, se utiliza una jeringa dosificadora para administrar la dosis exacta según lo indicado por el veterinario.

Es importante asegurarse de que el perro reciba toda la dosis prescrita y completar el ciclo de tratamiento, incluso si los síntomas de la infección desaparecen antes. No interrumpir el tratamiento puede ser crucial para prevenir la recurrencia de la infección y el desarrollo de resistencia bacteriana.

Efectos secundarios de la amoxicilina en los perros

Al igual que con cualquier medicamento, la amoxicilina puede causar efectos secundarios en los perros. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen vómitos, diarrea, pérdida de apetito y reacciones alérgicas como picazón, hinchazón o dificultad para respirar.

Si se observan estos u otros efectos secundarios, es crucial contactar inmediatamente al veterinario para recibir orientación. Nunca se debe ajustar la dosis o suspender el medicamento sin consultar previamente con el profesional.

Precauciones al utilizar amoxicilina en perros

Antes de administrar amoxicilina a un perro, es importante informar al veterinario sobre cualquier condición médica preexistente, medicamentos que esté tomando el animal o cualquier sensibilidad conocida a las penicilinas. Esto ayudará al veterinario a determinar si la amoxicilina es adecuada para el perro y a establecer la dosis correcta.

Además, es crucial garantizar que el perro reciba la dosis completa del medicamento y completar el ciclo de tratamiento, a menos que el veterinario indique lo contrario. Interrumpir el tratamiento prematuramente puede no solo ser ineficaz, sino que también puede contribuir a la resistencia bacteriana.

¿Puede la amoxicilina ser perjudicial para ciertos perros?

Aunque la amoxicilina es segura para la mayoría de los perros, puede ser perjudicial en ciertos casos. Por ejemplo, los perros que tienen alergia conocida a las penicilinas no deben recibir amoxicilina. Además, los perros con enfermedad renal o hepática deben ser monitorizados cuidadosamente mientras toman este medicamento, ya que puede exacerbar estas condiciones.

Por esta razón, es esencial informar al veterinario sobre cualquier condición médica preexistente que pueda afectar la seguridad o la eficacia de la amoxicilina en el perro.

Conclusión

La amoxicilina es un medicamento comúnmente recetado para tratar infecciones bacterianas en perros, pero su uso debe ser cuidadosamente supervisado por un veterinario. Es fundamental seguir las indicaciones del veterinario con respecto a la dosis, la duración del tratamiento y cualquier precaución especial, para garantizar la seguridad y eficacia del medicamento. Si se observan efectos secundarios o el perro no muestra mejoría, es crucial contactar al veterinario de inmediato para recibir orientación adicional. La amoxicilina puede ser una herramienta valiosa en el tratamiento de infecciones bacterianas en perros, pero solo cuando se utiliza de manera responsable y bajo la dirección de un profesional veterinario.

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