Qué es la dermatitis atópica, una enfermedad frecuente de la piel que afecta a 1 de cada 5 niños

Qué es la dermatitis atópica

La dermatitis atópica, también conocida como eccema, es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por brotes de enrojecimiento, picazón e inflamación. Esta afección suele aparecer en la infancia, afectando a aproximadamente 1 de cada 5 niños en todo el mundo. Si bien la dermatitis atópica puede manifestarse a cualquier edad, es más común en los bebés y los niños pequeños.

Síntomas de la dermatitis atópica

Los síntomas de la dermatitis atópica varían de una persona a otra, pero los más comunes incluyen:

1. Piel seca y escamosa

Uno de los síntomas más característicos de la dermatitis atópica es la sequedad de la piel, que puede llevar a la formación de escamas.

2. Enrojecimiento e inflamación

La piel afectada por la dermatitis atópica tiende a enrojecerse y a inflamarse, lo que puede provocar molestias y picazón.

3. Picazón intensa

La picazón es uno de los síntomas más molestos de la dermatitis atópica, ya que puede interferir con el sueño y la calidad de vida de quien la padece.

4. Ampollas y costras

En casos más graves, la dermatitis atópica puede causar la formación de ampollas y costras en la piel afectada.

Causas de la dermatitis atópica

Si bien no se conoce la causa exacta de la dermatitis atópica, se cree que esta afección es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Algunos factores que pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la dermatitis atópica incluyen:

1. Antecedentes familiares

Las personas con antecedentes familiares de dermatitis atópica, asma o rinitis alérgica tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

2. Sensibilidad a ciertos alérgenos

La exposición a alérgenos como el polen, el polvo, los ácaros del polvo, los ácaros de los animales y ciertos alimentos puede desencadenar brotes de dermatitis atópica en algunas personas.

3. Cambios en el clima

Las variaciones en la humedad y la temperatura del ambiente pueden afectar la piel de las personas con dermatitis atópica, provocando brotes o empeorando los síntomas.

4. Estrés emocional

El estrés emocional y la ansiedad pueden desencadenar brotes de dermatitis atópica o empeorar los síntomas existentes.

Diagnóstico y tratamiento de la dermatitis atópica

El diagnóstico de la dermatitis atópica generalmente se basa en la historia clínica del paciente, así como en una evaluación visual de la piel afectada. En algunos casos, el médico puede realizar pruebas alérgicas para determinar si existen alérgenos desencadenantes.

El tratamiento de la dermatitis atópica suele incluir medidas para controlar los síntomas y prevenir brotes. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

1. Hidratación de la piel

Mantener la piel bien hidratada con cremas o ungüentos emolientes puede ayudar a prevenir la sequedad y la formación de escamas.

2. Uso de corticosteroides tópicos

Los corticosteroides tópicos son medicamentos que se aplican directamente sobre la piel afectada para reducir la inflamación y aliviar la picazón.

3. Antihistamínicos

Los antihistamínicos se pueden recetar para controlar la picazón y mejorar la calidad del sueño en las personas con dermatitis atópica.

4. Evitar alérgenos desencadenantes

Identificar y evitar los alérgenos que desencadenan los brotes de dermatitis atópica puede ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los síntomas.

Prevención de la dermatitis atópica

Si bien no se puede prevenir por completo la dermatitis atópica, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecerla o a controlar sus síntomas:

1. Mantener la piel hidratada

Aplicar regularmente cremas hidratantes y evitar el uso de productos que puedan resecar la piel.

2. Evitar alérgenos conocidos

Identificar y evitar los alérgenos que desencadenan los brotes de dermatitis atópica, ya sea en el aire, los alimentos o los productos de cuidado personal.

3. Controlar el estrés emocional

Practicar técnicas de relajación y manejo del estrés puede ayudar a controlar los brotes de dermatitis atópica relacionados con factores emocionales.

Conclusión

La dermatitis atópica es una enfermedad frecuente de la piel que afecta a muchas personas en todo el mundo, especialmente a los niños. Si sospechas que tú o tu hijo pueden tener dermatitis atópica, es importante consultar a un dermatólogo para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Con el cuidado adecuado y la atención médica oportuna, es posible controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.