Mewing, el ejercicio para acomodar la mandíbula pero que puede ser nocivo

¿Qué es el Mewing?

El Mewing es un ejercicio que se ha popularizado en los últimos años como una técnica para mejorar la posición de la mandíbula y el aspecto facial en general. Fue desarrollado por el ortodoncista británico Dr. John Mew, de ahí su nombre, y se basa en la idea de que la posición de la lengua y la mandíbula pueden influir en la forma del rostro.

La premisa básica del Mewing es mantener la lengua en contacto con el paladar duro, justo detrás de los dientes superiores, en todo momento. Al hacer esto de manera constante, se supone que se puede mejorar la postura de la mandíbula y el desarrollo de los huesos faciales, lo que a su vez puede tener beneficios estéticos y funcionales.

Beneficios del Mewing

Entre los posibles beneficios que se atribuyen al Mewing se encuentran una mandíbula más definida, un rostro más simétrico, una mejora en la respiración y la postura, y una menor probabilidad de desarrollar problemas de maloclusión dental. Algunos defensores del Mewing incluso afirman que puede ayudar a prevenir la apnea del sueño y otros trastornos respiratorios.

Además, se dice que el Mewing puede estimular el crecimiento de los huesos faciales en personas más jóvenes, lo que podría resultar en un desarrollo facial más armonioso y equilibrado.

Cómo practicar el Mewing

Para practicar el Mewing, se recomienda seguir los siguientes pasos:

1. Coloca la lengua en el paladar duro, justo detrás de los dientes superiores.
2. Mantén la lengua en esa posición en todo momento, tanto al hablar como al tragar.
3. Respira por la nariz en lugar de la boca.
4. Intenta mantener una buena postura corporal en todo momento.

Se sugiere practicar el Mewing de manera constante y consciente para obtener los mejores resultados. Algunas personas optan por hacer ejercicios adicionales, como masticar chicle de forma regular o realizar movimientos específicos con la mandíbula, para complementar el efecto del Mewing.

Posibles riesgos y efectos secundarios del Mewing

A pesar de los presuntos beneficios del Mewing, algunos expertos advierten que esta técnica puede no ser tan inofensiva como parece. De hecho, practicar el Mewing de manera incorrecta o excesiva puede tener consecuencias negativas para la salud bucal y facial.

Problemas de oclusión

Uno de los principales riesgos asociados con el Mewing es la posibilidad de desarrollar problemas de oclusión dental. Al forzar la posición de la lengua y la mandíbula de manera no natural, se podría interferir con la forma en que los dientes encajan entre sí, lo que podría provocar maloclusiones, problemas de mordida y otros trastornos dentales.

Dolor y tensión muscular

Otro efecto secundario común del Mewing mal practicado es el dolor y la tensión en los músculos faciales. Al forzar la posición de la lengua y la mandíbula durante largos períodos de tiempo, se pueden generar tensiones musculares que pueden ser incómodas e incluso dolorosas.

Impacto en la respiración y la deglución

Al mantener la lengua en una posición específica en todo momento, algunas personas pueden experimentar dificultades para respirar correctamente por la nariz o tragar de manera adecuada. Esto puede provocar problemas respiratorios, molestias al comer y beber, e incluso afectar la calidad del sueño.

¿El Mewing es adecuado para todos?

Si bien el Mewing puede funcionar para algunas personas como una técnica para mejorar la postura facial y la mandíbula, no es necesariamente adecuado para todos. Es importante tener en cuenta que cada persona es única y lo que funciona para unos puede no ser beneficioso para otros.

En general, se recomienda consultar con un ortodoncista o un especialista en salud bucal antes de comenzar a practicar el Mewing, especialmente si se tienen antecedentes de problemas dentales o faciales. Un profesional de la salud podrá evaluar si el Mewing es apropiado en cada caso particular y brindar recomendaciones personalizadas.

Conclusión

En resumen, el Mewing es una técnica controvertida que ha ganado popularidad en los últimos años como un ejercicio para mejorar la postura de la mandíbula y el desarrollo facial. Si bien algunos defensores del Mewing destacan sus posibles beneficios estéticos y funcionales, es importante tener en cuenta los posibles riesgos y efectos secundarios asociados con esta práctica.

Antes de comenzar a practicar el Mewing, se recomienda buscar asesoramiento profesional y tener en cuenta las necesidades y características individuales de cada persona. Como en cualquier técnica de salud o ejercicio, es fundamental mantener un equilibrio y escuchar al cuerpo para evitar posibles complicaciones.

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